A lo largo de toda la visita hemos conocido cómo es el funcionamiento de un centro educativo de educación básica, como es el Carlos Bousoño, en él hemos visto como se aprovechan las infraestructuras existentes en el pueblo, como era la antigua escuela creada por indianos, pero también en que consiste un centro con agrupamientos mixtos que reúnen en un mismo aula a alumnado cada dos cursos. Por lo que hemos podido ver cómo se trabaja el ámbito escolar en las zonas rurales, y donde un pedagogo podría trabajar como orientador.
También hemos observado otras posibilidades de futuro para los profesionales de la pedagogía, pues todos los centros de interpretación que hemos visto carecían de la figura del pedagogo, Todos estos centros contaban con personal en el que se notaba un gran conocimiento sobre los contenidos que trataban, pero también en muchos casos era evidente que se trataba de un discurso predefinido que relatan a cada visita, la figura del profesional de la pedagogía podría aportar un punto de vista más educativo a los contenidos tratados y sobre todo, mayor capacidad de adaptación. Aunque para ello sería necesario investigar, analizar, recopilar información y , en definitiva, conocer el entorno de primera mano, para tener una buena base teórica sobre la que incorporar adaptaciones.
En este viaje pedagógico no sólo hemos tenido tiempo para descubrir y comprobar las funciones posibles y reales del pedagogo, sino que también ha habido tiempo para la reflexión y para ver cómo, si el día de mañana quisiéramos optar a esos puestos de trabajo, podríamos mejorar lo que se ofrece.
Por ejemplo, en la Casa de la Apicultura, pese a contar con gran material e incluso con una actividad atractiva como la creación de una vela, se caía en vídeos (en este caso sacado de la televisión y con notable antigüedad) que no venían acompañados de ninguna indicación por parte de la guía, pues se puso el vídeo e incluso abandonó la sala hasta que terminase. Una de las mejoras que se podría incorporar sería un taller que simulara (o si fuera posible de forma real) la extracción de miel de los paneles, previo equipo completo de apicultura, pues pese a tratarse de un museo de apicultura, tuvimos poco contacto con la miel, la cera y abejas no vimos ninguna. También, para colaborar con el contexto, se podría hacer una taller para crear un trobo (panal utilizando un tronco ahuecado) que sirviese luego a los apicultures de la zona para que lo utilizasen con los enjambres. Y por último, aprovechando la riqueza lingüística del campo de la apicultura, como resulta difícil quedarse con todos los conceptos a la primera, sería interesante aportar alguna actividad que trabajase sobre dichos conceptos.
En cuanto al Centro de Interpretación de la Emigración e Instrucción Pública, la parte que correspondía a la representación de las aulas de por aquel entonces no requeriría mucho más que una detallada explicación y sobre todo, como bien se hizo, permitir a los visitantes ver a su aire cómo era dicha aula. En cambio, en la visita por las casas de indianos, el pedagogo podría aportar mayor número de ideas para implicar más aún en el trayecto a los usuarios. Además del paseo por el pueblo conociendo las fachadas de las casas, explicando todos los detalles ornamentales, sería interesante, como bien se decía en la puesta en común, que se realizara alguna visita al interior de las mismas, para conocer también cómo era la vida de estas personas. Para lo que es propiamente la visita, sería interesante, ante el amplio número de casas, una pequeña guía, que puede incorporar en la parte final actividades como la búsqueda de pequeños detalles en cada una de las casas y asociarla con la casa vista (por ejemplo, proponer la imagen del pomo de una puerta y que los visitantes en función de lo que han ido observando, sepan identificar de que casa se trata).
El Centro de Interpretación del Lavadero también podría incorporar alguna actividad para ponerse en la piel de las mujeres de aquella época, lo que podría llevar asociado una interpretación de roles, la interpretación del día a día que vivían las mujeres de la zona de la época mientras lavan la ropa. Del mismo modo, en el Centro de Interpretación de la Artesanía del Hierro, sería interesante incorporar alguna actividad que explique todo lo que hay allí, bien sea una actividad que, a pequeña escala, permita crear pequeñas piezas de hierro o por ejemplo, una actividad que ponga en uso alguna de las herramientas que se muestran en el centro, utilizando réplicas y evitando utilizar aquellas diseñadas para marcar animales.
Por último, otro de los centro en los que el pedagogo podría aportar una nueva visión que aportará mayor calidad al trabajo ya realizado en el centro, es en el Castro de Coaña, donde pese a realizar una gran visita que aportaba gran cantidad de datos, las palabras del guía sobre si estábamos para evaluarle, nos puso en sobreaviso para observar que el guía estaba acostumbrado al mismo discurso y no suele adaptarlo. No obstante, dejando ese pequeño detalle a un lado, una buena actividad que se podría plantear en este centro está dedicada al nacimiento del centro. Actualmente en el Castro se realizan algunas representaciones sobre la vida de los habitantes del castro, lo que además de resultar muy atractivo favorece adquirir conocimientos asociados a estos castros. Pero no estaría de más una actividad, ubicada en el camino que une el centro con el castro, donde se encuentra un modelo de bañera de la época, habilitar un espacio que contenga enterrados algunas piezas, y los participantes tendrían que, siguiendo la metodología arqueológica, tratar de desenterrar lo que en esa zona se encuentre. De este modo los participantes serían conscientes de la importancia del hallazgo arqueológico que esconde el castro e incluso, quién sabe, alguno de los asistentes, se ve motivado a desarrollar labores relacionadas con la arqueología o a financiar nuevas excavaciones en el castro a fin de encontrar nuevas arquitecturas.
Las aportaciones pedagógicas pueden ser muy variadas, y favorecer la participación de los visitantes, lo cual atraerá más usuarios a los centros, pero para eso es necesario tener las ideas y, sobre todo, buscar la forma de llevarlas a cabo haciendo que esas ideas resulten importantes para el espacio en el que queremos desempeñar nuestra labor.